Gobierno Bolivariano de Venezuela
Cátedra de Cultura del Núcleo Trujillo resguardando la tradición del Pesebre venezolano

(PRENSA/ UNEFA Núcleo Trujillo/ 17 de noviembre de 2016).- El pesebre venezolano es una tradición hermosa, que nos recuerda el nacimiento de el Salvador del mundo, mostrando su amor por la humanidad al hacerse hombre como cada uno de nosotros. Para muchos es el ejemplo de amor más grande que pudo recibir la humanidad y que nunca podrá ser superado. De allí parte de la importancia que tiene el pesebre. El mismo, se arma en familia, compartiendo una rica comida navideña, acompañada de gaitas o villancicos; los miembros del hogar tratan cada pieza con sumo cuidado y se planea dónde se deben ubicar las piezas. Es un tiempo de unión y de muchas preguntas sobre esta inigualable historia. Por su importancia en la cultura del venezolano, la cátedra de Cultura, impartida por el Dr. Omar Linares, fomentó a lo largo de su programación académica una serie de actividades para fortalecer esta tradición nacional.


Bachilleres y docente, hicieron entrega de peculiares figuras que aportaron al hermoso pesebre de la Unefa Núcleo Trujillo, mayor colorido y un arco iris de armonía. Ovejas hechas de material de reciclaje, montañas de papel cuidadosamente armadas y pintadas para dar color a las cumbres del pesebre, personajes como José, María, los reyes Magos, Jesús (Niño), pastores y cargadores de agua entre otros, fueron puestos cuidadosamente en este rincón decembrino, para dar mayor amplitud a este pesebre que mide aproximadamente unos 8 mts. cuadrados y tiene una altura de más de 2 mts., con techo de palma.

 

 

 


Entre los contenidos impartidos en esta cátedra, estuvo el origen de la palabra pesebre y la sincronía que tiene con el concepto actual. La palabra latina Praesepe, Praesepis, significa “cercado o lugar cerrado en donde se recoge el ganado, establo o cuadra”. En el idioma castellano se designa así esa especie de cajón, generalmente de madera, en el que se les echa la comida a los animales tales como vacas, caballos, mulas o todo animal de establo. Se cree que en uno de esos cajones fue donde, según la tradición cristiana, colocó la virgen a su Hijo recién nacido, porque, al no tener sitio en la posada, tuvieron que resguardarse María y José, en una cueva de la montaña que los pastores de la zona aprovechaban como cobijo y refugio para ellos y sus animales, por ello la Biblia deja escrito que: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en el mesón”, según el evangelio de San Lucas cap. 2 verso 7.

 

 

 

 

Esta tradición, para algunos historiadores se inició por San Francisco de Asís quien, en la navidad del 1223 aproximadamente, con el permiso del Papa, construyó en una cueva en Greccio, Italia, un pesebre con paja, madera con otros materiales y organizó con algunos campesinos del lugar un nacimiento viviente, para recrear la escena descrita en los Evangelios. Desde entonces, este evento se transformó en una costumbre dentro de la Orden Franciscana y la de Santa Clara, quedando arraigada en el cristianismo, para difundirse por toda la América Latina, a través de las misiones.


Una de las estudiantes de la carrera de Administración y Gestión Municipal, elaboró una peculiar y original oveja “movible” con cartón de reciclaje; pintada con colores blanco y negro, resaltando su cara y simetría, La ovejita, puede adquirir varias posiciones del cuerpo y su cara, lo que llama la atención de los visitantes a este pesebre, una obra de arte.

 

 



(Redacción y Fotografías: Rubén Matheus)